La Taza Vacía
Por Rosa Díaz – Coach de Negocios y Vida
Este cuento ZEN es profundamente revelador. Nos
recuerda que, si no vaciamos nuestras mentes de creencias limitantes, si no
silenciamos ese “eso ya lo sé” y nos abrimos con humildad a nuevos
conocimientos, seguiremos con la taza llena. Y una taza llena no puede recibir
nada más. Así, bloqueamos nuestro progreso y frenamos nuestra evolución
personal y profesional.
🧘♂️ El cuento ZEN
Un alumno fue a visitar a un maestro ZEN para
iniciarse en esa milenaria filosofía. Cuando el maestro le preguntó por qué
quería aprender ZEN, el alumno comenzó una extensa y bien estructurada
disertación sobre la historia del ZEN, desde el nacimiento de Buda, su llegada
a China, y todas las ventajas físicas, emocionales y espirituales que ofrece.
Mientras hablaba, el maestro preparó té. Sirvió
la taza del alumno hasta que se desbordó, y siguió vertiendo el té hirviendo,
que cayó sobre la mesa y terminó quemándole las piernas. El alumno, atónito,
exclamó:
—¡No ve que la taza está llena! ¡No puede seguir vertiendo!
El maestro se detuvo y respondió con calma:
—Muy bien. Ahora quizás entiendas por qué no puedo enseñarte ZEN.
El alumno, aún sin comprender, replicó:
—No entiendo por qué usted, un gran maestro, no puede enseñarme ZEN, siendo yo
un alumno interesado y dispuesto.
El maestro le miró con serenidad y dijo:
—Interesado, sí. Dispuesto, no. Tu mente está llena: llena de ideas, creencias,
certezas. Todo lo que yo te diga solo reforzará lo que ya crees. Como el té que
se derrama, no servirá de nada. Incluso podría hacerte daño.
Y concluyó:
—Si realmente quieres aprender ZEN, ve a casa, medita sobre lo ocurrido, y
vuelve mañana con una “taza vacía”. Entonces, podré enseñarte.
💼 Aplicación al mundo de los negocios
La mayoría de los negocios que fracasan no lo
hacen por falta de conocimientos en finanzas, ventas, marketing o gestión. Esas
habilidades se pueden aprender. El verdadero problema es que sus propietarios
tienen la taza llena: pasan más tiempo defendiendo lo que creen saber
que aprendiendo lo que realmente necesitan.
Los verdaderos emprendedores y emprendedoras son
aquellos que están dispuestos a vaciar su taza. A desaprender, a cuestionarse,
a abrirse a nuevas ideas, aunque les cueste. Porque saben que solo así pueden
construir un negocio próspero —como un salón de Belleza Exitoso— y una vida
plena y feliz.
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