¡¡ESTETICISTAS!! COMO TRANSFORMAR LOS MESES FLOJOS DE TRABAJO, EN MESES RENTABLES



¡¡Estamos en Marzo Por fin!!, adiós a enero y febrero los peores meses del año, los más terribles porque son meses de muchos pagos y poco trabajo”. Esto es lo que piensan la mayoría de las esteticistas, como tambien lo pensaba yo cuando empecer con mi primer Centro de Estética.

Me acuerdo de que durante los dos primeros años de mi Negocio de Estética lo pasé francamente mal, pagué mi ignorancia y mi poca experiencia como empresaria, iba de frustración y agotamiento a agotamiento y frustración, era un circulo del que no sabía salir.

En invierno estaba agobiada por la poca entrada de dinero y el escaso trabajo que tenía para hacer frente a tantos pagos, como eran el alquiler, el autónomo, la luz, agua, comunidad, impuestos, y encima letras fuertes de productos, me volvía loca de ver que no llegaba a todo, ahora lo recuerdo como una de las etapas más dolorosas y frustrantes de las que sentí en mi Negocio.

Meses de muchas preocupaciones y desasosiego, incluso de bloqueos mentales, no saber qué hacer ni dónde ir a para lograr que vinieran las clientas. En mi mente solo estaba el dinero y como pagar todo lo que debía pagar, me quejaba de todo y por todo, en mi frustración a todos le echaba la culpa.

En Marzo ya empezaban ya a venir las clientas, ya se animaba el Centro y todo empezaba a funcionar de nuevo, que alegría sentía, volvía a tener dinero en mi cuenta, esto me animaba a no dejar que ninguna clienta se me escapara, las cogía a todas, temprano y tarde, me daba igual (Esto no era verdad) pero sentía que era lo que tenía que hacer para tener cada vez más y que mi centro prosperara.

Masajes corporales, que por este tiempo eran masajes fuertes, a mujeres grandes, en plena temporada me llegué hacer hasta 8 masajes diarios, aparte de los otros servicios, miro la agenda ahora y no comprendo cómo podía hacerlo, y, aun así, lo hacía. Así que cuando llegaba Julio yo ya estaba agotada y asustada, porque si ese día había sido fuerte el siguiente iba a serlo más todavía, y esta dinámica continuaba así hasta que cogía vacaciones a finales de Agosto.

Las vacaciones eran de 15 días, el presupuesto no daba para más, me iba a la playa, la primera semana era para quitarme el agotamiento que llevaba encima y la segunda semana, para por fin descansar y disfrutar.

Y vuelta a empezar. Septiembre, otra vez mucho trabajo, nuevas ideas  ganas de renovar mi centro. En mi primer año mejoré mi despacho para que estuviera más bonito, compré la caja registradora, empecé hacer nuevas formaciones, comprar nuevos  productos, sentía que todo funcionaba, hasta que llegó Noviembre y empezó de nuevo a flojear el trabajo, afortunadamente en Diciembre volvió a recuperarse un poco.

El circulo volvía todo a empezar, en Enero y Febrero la economia volvía a estar por lo suelos, y yo volvía a sentirme mal.

Fueron años muy duros y estresantes, mi mente no paraba de pensar, porque aparte de la responsabilidad que tenia con mi Centro, tambien tenia la responsabilidad de mi casa, mis dos hijos pequeños, la reciente separación de mi primer marido.

Gracias al universo conté con la inestimable ayuda de una persona muy querida por mí y por mis hijos que me ayudo muchísimo en estos tiempos. Sin embargo, el sentimiento de culpabilidad de no pasar más tiempo con ellos era muy duro de digerir.

 Cansada de este laberinto emocional, de subidas y bajadas, de altos y bajos, empecé a cuestionarme qué es lo que yo podía cambiar para dejar de vivir con aquella ansiedad y aquel estrés. Adoraba mi profesión, tener mi propio Centro siempre ha sido mi sueño. Poder proporcionar a mis hijos los mejores estudios y una buena vida, era mi objetivo. Por lo tanto, no me podía rendir.

 Cuando se está en una situación como en la que yo estaba, y como en la que creo que tambien estan muchas esteticistas, solo existen dos caminos: o rendirte y cerrar el centro o coger al toro por los cuernos y sacarlo adelante, formándose y haciendo lo necesario para ello.

Yo creé un sistema que me funcionó muy bien y desde entonces, lo he seguido siempre. Gracias a él  me evité mucho estrés y sufrimiento. Por este motivo lo quiero compartir con todas vosotras, esteticistas, por si queréis utilizarlo y que os ayude como a mí me ayudo.

Este sistema consiste en no fijarse únicamente en los resultados del mes (que lo podéis hacer, pero sin estresaros) sino de verlo a nivel anual. (Cómo te ha funcionado TODO el año). Hay que realizar un análisis a finales de Diciembre, para ver realmente lo productivo y rentable que ha sido, y comprobar si el progreso es el adecuado.

La premisa básica del Sistema es darse cuenta de que el año se divide en cuatro partes, invierno, primavera, verano y otoño, y en esas cuatro estaciones tenemos que trabajar con la misma intensidad, sólo que enfocándonos en el negocio de formas diferentes. En algunas trabajaremos más con la mente que con las manos y en otras, más con las manos que con la mente, y ambas estan  unidas entre sí, de modo que la una potencia a la otra.

 El invierno

 Es la etapa de trabajar más con la mente que con las manos, y para poder hacerlo sin estresarnos debemos haber ahorrado como mínimo para afrontar los gastos de los meses de Enero y Febrero, como pueden ser: el salario del personal, tu propio salario, el alquiler del local, los impuestos, las facturas de los productos, …

Yo empecé a ahorrar durante los meses fuertes, en una cuenta aparte donde puse “Gastos de Invierno” para no tocarla y tener cubiertos los gastos de estos meses. Me negué a volver a pasar un invierno tan terrible como los que había sufrido.  

Los inviernos son el momento ideal para ponernos a organizar bien el Centro, algo que en la temporada alta resulta inviable. Organizar, por ejemplo, las fichas de las clientas, poniendo en orden y actualizando todos sus datos. O aprovechar para contactar con esas clientas que, durante el año transcurrido, no han frecuentado tanto el centro como esperábamos.

 Lo que yo hacía y que me dio muy buenos resultados.

El  día lo empezaba sabiendo que tenía poco trabajo; arreglaba mi Centro con todo detalle, ambientador, la música suave, me arreglaba yo bien guapa, me iba a mi despacho con la lista de esas clientas y las llamaba. Mi intención era la de saber de ellas y tratar de averiguar cuales eran sus motivos para que hubieran dejado de venir tan a menudo. Para ver qué podía mejorar en mi negocio con esta información.

En mi llamada les decía que me acordaba de ellas, les preguntaba cómo estaban y les expresaba que las echaba de menos. Algunas me sorprendían con sus respuestas: “que justo estaba pensando en mí.” y justo en ese momento, me pedían cita. Otras, por otro lado, me explicaban que habían tenido todo tipo de problemas, pero que volverían. Y a otras, algo no les había gustado o les había molestado; en tal caso, siempre me disculpaba y les aseguraba que no volvería a pasar y les ofrecía el tratamiento que ella se hacían gratuitamente. Generalmente, este detalle les gustaba y volvían. De esta forma, recuperaba a mi clienta.

Siempre se  alegraban enormemente de mi llamada y del hecho de que me acordara de ellas.

Esto hacía que durante los meses flojos tuviera cada vez más trabajo, pero sobre todo que yo cada vez estuviera más contenta.

Enero y febrero son meses para crear y moldear las estrategias del año, como desarrollar, por ejemplo, las 5 campañas promocionales que vamos a tener.

·         La Campaña de Invierno: San Valentín, Carnaval, Black Friday

·         La Campaña de Primavera: Comuniones, Bautizos y Bodas.  

·         Las Campaña de Verano: la temporada de más trabajo, mucha demanda de servicios, tanto faciales como corporales, ventas muy altas de productos como por ejemplo bronceadores.

·         La Campaña de Otoño:  Vuelta de las vacaciones. En septiembre las clientas vienen super motivadas y con muchas ganas de ponerse en forma. Campaña de Halloween

·         La Campaña de Navidad:  la última, las más emocional, bonita y especial.

Diseñar estas campañas requiere mucho trabajo: Cómo tenemos que decorar nuestro centro; cómo vamos a diseñar las promociones para que resulten atractivas a las clientas y rentables para nosotras; conocer y exprimir bien el presupuesto del que disponemos en cada campaña; analizar los resultados, de qué forma ha repercutido en nuestro negocio, para decidir, de esta forma, si la repetimos o cómo podemos mejorarla.

Esto es un trabajo que, si ya lo tenemos previamente preparado, sin duda conseguirá que las campañas nos funcionen mucho mejor, más fluidas y con un estrés mucho menor. Y, además, sacaremos más tiempo para poder atender a más clientas y por supuesto entrará en nuestro centro más dinero.  

 El invierno es tambien es para descansar un poco más, tener más tiempo para nosotras, para nuestros hijos, para nuestra formación, para crear puertas abiertas con nuestras clientas, para conectar más con nuestro equipo de trabajo si lo tenemos, crear con ellos las mejoras de los protocolos, el estudio y los productos etc.

Todo este trabajo realizado en los llamados meses flojos hace que la temporada alta sea mucho más efectiva y rentable, que aprovechemos el tiempo real de trabajo de un modo más eficaz, ofreciendo mejores servicios y una atención más personalizada.

Para poder seguir este plan, es necesario llegar a estos meses flojos de trabajo con cierta seguridad económica para afrontar los gastos de dichos meses que habremos adquirido AHORRANDO durante los meses anteriores de mucho trabajo. De este modo, afrontaremos estos meses de “desarrollo intelectual” del negocio con la tranquilidad necesaria y sin el estrés que conlleva el ir día a día.

Esto es de vital importancia, porque de esto depende de que nuestra mente este tranquila y despejada para hacer todo lo que tenemos que hacer, y empezar el año con energía, ilusión y con todo el trabajo mental realizado.

Así conseguí que mi Centro funcionara cada vez mejor, liberarme, trabajar con más efectividad, con más ilusión, y en cada final de año llevarme la mejor de las sorpresa al comprobar que había conseguido los objetivos que me había marcado.

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Asesoría gratuita - Rosa Diaz Coach


 Saludo, 

Rosa Diaz tu Coach 

 

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