Meses de muchas preocupaciones y desasosiego, incluso
de bloqueos mentales, no saber qué hacer ni dónde ir a para lograr que vinieran
las clientas. En mi mente solo estaba el dinero y como pagar todo lo que debía pagar,
me quejaba de todo y por todo, en mi frustración a todos le echaba la culpa.
En Marzo ya empezaban ya a venir las clientas, ya se
animaba el Centro y todo empezaba a funcionar de nuevo, que alegría sentía, volvía
a tener dinero en mi cuenta, esto me animaba a no dejar que ninguna clienta se
me escapara, las cogía a todas, temprano y tarde, me daba igual (Esto no era
verdad) pero sentía que era lo que tenía que hacer para tener cada vez más y que
mi centro prosperara.
Masajes corporales, que por este tiempo eran masajes
fuertes, a mujeres grandes, en plena temporada me llegué hacer hasta 8 masajes
diarios, aparte de los otros servicios, miro la agenda ahora y no comprendo cómo
podía hacerlo, y, aun así, lo hacía. Así que cuando llegaba Julio yo ya estaba
agotada y asustada, porque si ese día había sido fuerte el siguiente iba a
serlo más todavía, y esta dinámica continuaba así hasta que cogía vacaciones a
finales de Agosto.
Las vacaciones eran de 15 días, el presupuesto no daba
para más, me iba a la playa, la primera semana era para quitarme el agotamiento
que llevaba encima y la segunda semana, para por fin descansar y disfrutar.
Y vuelta a empezar. Septiembre, otra vez mucho trabajo,
nuevas ideas ganas de renovar mi centro.
En mi primer año mejoré mi despacho para que estuviera más bonito, compré la
caja registradora, empecé hacer nuevas formaciones, comprar nuevos productos, sentía que todo funcionaba, hasta
que llegó Noviembre y empezó de nuevo a flojear el trabajo, afortunadamente en Diciembre
volvió a recuperarse un poco.
El circulo volvía todo a empezar, en Enero y Febrero la
economia volvía a estar por lo suelos, y yo volvía a sentirme mal.
Fueron años muy duros y estresantes, mi mente no
paraba de pensar, porque aparte de la responsabilidad que tenia con mi Centro,
tambien tenia la responsabilidad de mi casa, mis dos hijos pequeños, la
reciente separación de mi primer marido.
Gracias al universo conté con la inestimable ayuda de una
persona muy querida por mí y por mis hijos que me ayudo muchísimo en estos
tiempos. Sin embargo, el sentimiento de culpabilidad de no pasar más tiempo con
ellos era muy duro de digerir.
Cuando se está en una situación como en la que
yo estaba, y como en la que creo que tambien estan muchas esteticistas, solo existen
dos caminos: o rendirte y cerrar el centro o coger al toro por los cuernos y
sacarlo adelante, formándose y haciendo lo necesario para ello.
Yo creé un sistema que
me funcionó muy bien y desde entonces, lo he seguido siempre. Gracias a él me evité mucho estrés y sufrimiento. Por este
motivo lo quiero compartir con todas vosotras, esteticistas, por si queréis utilizarlo
y que os ayude como a mí me ayudo.
Este sistema consiste
en no fijarse únicamente en los resultados del mes (que lo podéis hacer, pero
sin estresaros) sino de verlo a nivel anual. (Cómo te ha funcionado TODO el año).
Hay que realizar un análisis a finales de Diciembre, para ver realmente lo productivo
y rentable que ha sido, y comprobar si el progreso es el adecuado.
La premisa básica del
Sistema es darse cuenta de que el año se divide en cuatro partes, invierno,
primavera, verano y otoño, y en esas cuatro estaciones tenemos que trabajar con
la misma intensidad, sólo que enfocándonos en el negocio de formas diferentes. En
algunas trabajaremos más con la mente que con las manos y en otras, más con las
manos que con la mente, y ambas estan unidas entre sí, de modo que la una potencia a
la otra.
Es la etapa de trabajar más con la mente que
con las manos, y para poder hacerlo sin estresarnos debemos haber ahorrado como
mínimo para afrontar los gastos de los meses de Enero y Febrero, como pueden
ser: el salario del personal, tu propio salario, el alquiler del local, los
impuestos, las facturas de los productos, …
Yo empecé a ahorrar durante
los meses fuertes, en una cuenta aparte donde puse “Gastos de Invierno” para no
tocarla y tener cubiertos los gastos de estos meses. Me negué a volver a pasar
un invierno tan terrible como los que había sufrido.
Los inviernos son el momento ideal para ponernos a organizar
bien el Centro, algo que en la temporada alta resulta inviable. Organizar, por
ejemplo, las fichas de las clientas, poniendo en orden y actualizando todos sus
datos. O aprovechar para contactar con esas clientas que, durante el año
transcurrido, no han frecuentado tanto el centro como esperábamos.
El día lo empezaba
sabiendo que tenía poco trabajo; arreglaba mi Centro con todo detalle, ambientador,
la música suave, me arreglaba yo bien guapa, me iba a mi despacho con la lista
de esas clientas y las llamaba. Mi intención era la de saber de ellas y tratar
de averiguar cuales eran sus motivos para que hubieran dejado de venir tan a
menudo. Para ver qué podía mejorar en mi negocio con esta información.
En mi llamada les decía que me acordaba de ellas, les
preguntaba cómo estaban y les expresaba que las echaba de menos. Algunas me sorprendían
con sus respuestas: “que justo estaba pensando en mí.” y justo en ese momento, me
pedían cita. Otras, por otro lado, me explicaban que habían tenido todo tipo de
problemas, pero que volverían. Y a otras, algo no les había gustado o les había
molestado; en tal caso, siempre me disculpaba y les aseguraba que no volvería a
pasar y les ofrecía el tratamiento que ella se hacían gratuitamente.
Generalmente, este detalle les gustaba y volvían. De esta forma, recuperaba a
mi clienta.
Siempre se alegraban
enormemente de mi llamada y del hecho de que me acordara de ellas.
Esto hacía que durante los meses flojos tuviera cada
vez más trabajo, pero sobre todo que yo cada vez estuviera más contenta.
Enero y febrero son meses para crear y moldear las
estrategias del año, como desarrollar, por ejemplo, las 5 campañas promocionales
que vamos a tener.
·
La Campaña de Invierno: San Valentín, Carnaval,
Black Friday
·
La Campaña de Primavera: Comuniones, Bautizos
y Bodas.
·
Las Campaña de Verano: la temporada de más
trabajo, mucha demanda de servicios, tanto faciales como corporales, ventas muy
altas de productos como por ejemplo bronceadores.
·
La Campaña de Otoño: Vuelta de las vacaciones. En septiembre las
clientas vienen super motivadas y con muchas ganas de ponerse en forma. Campaña
de Halloween
·
La Campaña de Navidad: la última, las más emocional, bonita y
especial.
Diseñar estas campañas requiere mucho trabajo: Cómo
tenemos que decorar nuestro centro; cómo vamos a diseñar las promociones para
que resulten atractivas a las clientas y rentables para nosotras; conocer y
exprimir bien el presupuesto del que disponemos en cada campaña; analizar los
resultados, de qué forma ha repercutido en nuestro negocio, para decidir, de
esta forma, si la repetimos o cómo podemos mejorarla.
Esto es un trabajo que, si ya lo tenemos previamente preparado,
sin duda conseguirá que las campañas nos funcionen mucho mejor, más fluidas y
con un estrés mucho menor. Y, además, sacaremos más tiempo para poder atender a
más clientas y por supuesto entrará en nuestro centro más dinero.
El invierno es tambien es para descansar un poco más, tener más tiempo para nosotras, para nuestros hijos, para nuestra formación, para crear puertas abiertas con nuestras clientas, para conectar más con nuestro equipo de trabajo si lo tenemos, crear con ellos las mejoras de los protocolos, el estudio y los productos etc.
Todo este trabajo realizado en los llamados meses flojos
hace que la temporada alta sea mucho más efectiva y rentable, que aprovechemos
el tiempo real de trabajo de un modo más eficaz, ofreciendo mejores servicios y
una atención más personalizada.
Para poder seguir este plan, es necesario llegar a estos
meses flojos de trabajo con cierta seguridad económica para afrontar los gastos
de dichos meses que habremos adquirido AHORRANDO durante los meses anteriores
de mucho trabajo. De este modo, afrontaremos estos meses de “desarrollo
intelectual” del negocio con la tranquilidad necesaria y sin el estrés que
conlleva el ir día a día.
Esto es de vital importancia, porque de esto depende de
que nuestra mente este tranquila y despejada para hacer todo lo que tenemos que
hacer, y empezar el año con energía, ilusión y con todo el trabajo mental
realizado.
Así conseguí que mi Centro funcionara cada vez mejor, liberarme,
trabajar con más efectividad, con más ilusión, y en cada final de año llevarme la
mejor de las sorpresa al comprobar que había conseguido los objetivos que me había
marcado.
Saludo,
Rosa Diaz tu Coach
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